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Mostrando entradas de febrero, 2010

Reminiscencia

Me esfuerzo en olvidarte, pero el tatuaje de tu beso se aferra a mi nula voluntad. Duele hondo, como siempre pasó, pero mi cuerpo se ha hecho adicto a tu indiferencia.  Ando por andar, no por mí sino por ti, para jugar a que todo es una coincidencia. Si te encuentro, quizá te mire de reojo por un minuto, o dos. Tal vez tú no me mires, pero estarás cerca, y los días de tu ausencia serán borrados, pues todo cobra sentido una vez más. Desesperanza, pues permaneces mudo, impávido ante mis súplicas, ante mi llanto, ante mi amor. No pude darme cuenta en qué momento te convertiste en una hostil estatua, una frígida estampa de aquél a quien repetidas veces llamé amor.  Hoy sólo soy el fantasma de todo lo que creí, sin poder entregarme más, sin permitirme que duela menos. Cuantas veces me cuestiones, asentiré con silencio, pues en mí ya no hay palabras, ni brillo, ni alegría. Únicamente queda la añoranza, la idealización perpetua del ser magnífico, de ti, el único para mí.  Me rehúso a en

Sombra

Hoy vi una negrura bailarina estampada en mis pasos futuros. Me pareció gracioso cómo de pronto se dibujaba la fotocopia de un enano que pisaba mis puntas y de manera holgazana se dedicaba a seguir mi camino. Me parece que es un duende que juega a ser yo. La parte de mí que se esconde en un reflejo provocado por el sol. Ojalá pudiéramos intercambiar el lugar algún día. Tal vez, si me esfuerzo mucho por comprender su danza, e imito con delicadeza los patrones de sus movimientos (que no son los míos, pues los de él ocurren con gracia), logre ser la sombra y él deje de perseguir la luz para convertirse en la imagen. Aiko`s hand. Imogen Cunningham

Refugio

Intentó emerger a la superficie y flotar Pero sus fuerzas se reducían a pequeñas sacudidas, Intentos escuálidos que lo hundían más, Volvía a caer. Debió parecer un pez fuera del agua, Pero él estaba dentro, atrapado, Y las burbujas que escupía su aliento Se dispersaban a su alrededor El último rastro se habría perdido, Nada quedaría y, desde arriba, Sería confundido entre la blanca espuma, Entre el espesor del mar azul. Un buquecillo navegará por encima, Y jamás le verá, pues ellos no miran allá, Sólo a los lados, miran la lejanía, Nunca por debajo El estanque se vació en un parpadeo, Y él quedó solo; pececillo sin su mar, Con su escondite deshabitado, Sin más estanque en dónde ocultarse.

Her morning elegance...

Ya una vez les mostré un video titulado Amelia , un producto de la videodanza. En él se puede apreciar la conjunción de un buen acompañamiento auditivo con su respectiva interpretación de ballet. En esta ocasión decidí buscar algunos videos extraviados en el ciberespacio que pudieran asemejarse, fuese videodanza o videoarte, y aunque encontré un par de videos bastante interesantes, él que más me gustó resultó ser un videoclip musical. El nombre de la canción es Her morning elegance , de Oren Lavie. En realidad hay varias razones por las cuales llamó mi atención pero entre ellas les doy algunas razones de peso. El videoclip, dirigido por el mismo compositor, fue realizado basándose en una técnica llamada stop motion , la cual consiste en crear un movimiento aparente (como ocurre con la invención del cinematógrafo) partiendo de una serie de imágenes sucesivas (las cuales no son ni dibujadas ni pintadas). Esta técnica es utilizada por Burton en cintas como el Cadáver de la novia (Corps