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Mostrando entradas de 2015

De cuando el nacionalismo tocó a la Casa Punky

Hace tiempo conocí a un grupo de chavales que emprendía el sueño que pasa por la mente de todo europeo (sí, me consta, conozco a todos los europeos y cada uno de ellos me lo ha confesado). Estaban por comenzar un viaje largo con la intención de recorrer toda América, de norte a sur, y México había sido su punto de encuentro. Un país lleno de folclor y surrealismo que los dejó con sabor a tabaco empaquetado, sonideros y un repertorio de comida poco ligera que los hizo pasar más de una mala noche con el estómago medio flojo.  Quizá les dejó mucho más, pero eso habría que preguntárselos y sería cosa de contar otra historia. La historia que yo quiero contar tiene que ver con una de sus asiduas veladas en lo que ellos llamaban la Casa Punky, un espacio pequeño decorado por toda especie de cuadros, en donde podías apreciar un Kahlo en medio de la Virgen María y un Budha. El departamento tenía una cocina y un baño modestos, y una pequeñísima sala que se separaba de la única habitación qu

Corazón de ave

Era domingo por la noche y la ciudad ni siquiera en ese momento estaba  en silencio. El ruido de las llantas se deslizaba sobre el cemento mojado para recordarle que seguía quieta, sin moverse. Completamente inmóvil y pasmada porque, para ese tiempo, su alma ya estaba a cientos de kilómetros lejos de ella y no hacía más que pensar en cómo podía alcanzarle.                 “11 A.M." Edward Hopper.   Le vio zafarse de su cuerpo en la boda de su prima. Toda su familia estaba reunida en el jardín, esbozando su mejor sonrisa para plasmar sus gestos en los pixeles que unos años más tarde les recordarían cómo lucían antes de envejecer. Se recordó de pequeña, cuando anhelaba enamorarse de una sola persona (para siempre), casarse, hacer una fiesta y continuar el ritual adquiriendo una modesta propiedad en una zona más o menos aceptable de la ciudad, un perro y un auto que los llevara a sus respetables oficinas, esos anhelados cubículos en los que se sentirían afortunados d

Fénix

Esta mañana desperté con una seductora canción resonando entre mis sábanas. Se coló por los pequeños espacios vacíos hasta arroparme suavemente en un reconfortante susurro que animaba mis ganas. Vi mis dolores aliviarse mientras reposaban en un columpio que los mecía hacía el pasado, que es donde pertenecen. El resonar de las cadenas me recordó que ese tiempo ha forjado el camino que he recorrido, y que cada paso ha fortalecido estos sueños que hoy cohabitan en mi corazón palpitante. "Tha dance of love" Leonid Afrémov Siento cada latido invadiendo mi pecho, cicatrizando los aprendizajes e inyectando de un júbilo esperanzador cada uno de las nuevas utopías que hoy se presentan llenas de colores extravagantes. A  lo lejos se vislumbra un horizonte optimista en donde nada es perfecto, pero todo es justo como debe ser y nada más. Lo afortunado y lo desafortunado conviven como naturalezas necesarias, y las discrepancias reinan en un mundo multicolor que reposa en la toler