Llegamos tarde - muy tarde - y la rueda de prensa estaba por concluir. Aun así no llevábamos prisa, pues no había mucho que escuchar. Los fotógrafos amontonados se peleaban por conseguir la mejor imagen y ahí estaba ella, la reina del desfile al centro de una tarima sencilla que le iluminaba su rostro de angelito… de Victoria Secret. Dijo sus últimas palabras, un caluroso "thank you", una sonrisa y se fue. Todos salieron de prisa para conducirse al piso en donde daría lugar el glamuroso evento. Y ahí iba Candice Swanepoel, con su esbeltísima figura, alta y con un porte y una sensualidad tan intensa que no parecería una mujer de apenas 23 años. Y todos los demás, detrás de ella. Todos desalojaron prontamente la terraza. Mientras, nosotros nos detuvimos en la barra de comida japonesa para deglutir deliciosos platos de sushi, yakimeshi y, por qué no, un té de limón para acompañar. Y ahí estábamos, sin prisa y como extraviados, como quien llega a un restaurante en busca de...