Hoy lo confirmé: en la vida me toparé con muchísimas personas. Siempre irán y vendrán.
Siempre habrá alguien con quien hechar el cigarrito; alguien que invite la peda o que saque la fiesta; siempre habrá alguien con quien echar desmadre. Siempre habrá alguien que quiera estra en tu equipo de trabajo o algún compañero que te acompañe a comer.
Siempre habrá alguien que quiera ver la misma movie y que te acompañe al cine. Siempre habrá alguien con quien discutir de vanalidades, con quien compartir tus gustos musicales, o con quien hablar de chicos o chicas agradables a la vista...
Pero, de todas esas personas, pocas son las que estarán cuando estés de aburrido-aguafiestas -triste-reflexivo o depre.
Pocos con los que podrás compartir lo sencillo y lo profundo de la vida.
Pocos los que te entenderán cuando estés harto; pocos que simplemente escuchen sin pretender aconsejar, cuestionar o juzgar; pocos que no quieran o esperen algo a cambio.
Pocos que estén contigo por el puro placer de conocerte. Pocas que realmente se interesan por ti, así sin más.
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