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Recuerdo de un amor

Eres tú acaso ese que habita mi alma,
dentro de un silencio absoluto, abrumador,
aquél recuerdo furtivo de nosotros,
aquél te amo que alguna vez enunciamos

Eres tú acaso aquél que ha sellado mis labios,
y que, perpetrando mi cuerpo, le ha abandonado.
Un tímido sollozo queda de él, de ese cuerpo desnudo,
sin cobijo, sin ansía ni amor y sin ti

Eres tú acaso aquél que me decía palabras hermosas,
quien me elevaba en el acto del amor
para luego apartarme con su indiferencia,
llena de su ausencia, llena de temor por su partida.

Eras tú quien tenía en su poder mi mente y mi alma,
eras tú quién tenía el control que da el amor,
ese amor sin condición a merced del amor dominante,
del amor despiadado que sublima y desgarra con igual fuerza

Eras tú, siempre fuiste tú quien me llenaba la vida,
para después arrancarme el aliento con su abandono,
tú mi presente y mi sueño futuro, mi inicio y fin,
tú, quién podía encenderme y apagarme las ganas de amar.


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