Ir al contenido principal
Mukti Echwantono
Esta noche me sienta bien la soledad. El río de palabras sueltas revoloteando en mi cabeza es el más suave tormento, el más sádico. Lo imagino como la caída constante de una gota de agua perforando mi cerebro. Toc, toc, toc, una y otra vez. 

No soy buena cuando estoy con personas. En compañía me cuesta ser yo. Me reconozco mejor cuando estoy sola, incluso me deleita en demasía platicar conmigo misma. El único problema es que mis pensamientos en voz alta se han convertido en un hecho asiduo, rastros de locura, quizá. Dentro de mi mente vagabunda, soy buena haciendo preguntas, contestando respuestas, quedándome en silencio, repitiéndome mil reproches. Me gusta estar a solas. Es la mejor forma para pensar, para ser y para estar: a solas. 

Tampoco soy buena hablando. Las palabras son amables conmigo cuando las escribo, antes no. A veces ni eso ayuda. Soy una cuando escribo y, al leerme, soy otra, y escupo sobre el papel escrito. Banalidades.

No escribo para nadie, ni para mí ni por mí. Sólo por escribir. Es una forma de creer que existo y que, alguna de las tantas cosas que pueden materializarse, se asemeja a las amorfas voces aprisionadas en mi cabeza. A veces resulta divertido, otras veces me canso de todo esto. Me canso de eso y de aquello. Ahora mismo es así. Me gustaría encontrar un buen final o, tan sólo un buen comienzo para escribir una nueva historia...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Mi nueva semilla

Dejé atrás las excusas y la autocompasión para rozar el punto más álgido del arcoiris con mi lengua. Aprendí a navegar usando la dirección del viento a mi favor, para mecerme de un segundo a otro, al compás de una buena rola. Mientras fumo un cigarrillo, veo mis temores pasados perderse en cada exhalación. No es una sensación efímera, sino una verdad que retoña: la vida misma, repleta de magia y amor.  No estoy desconectada. Me entristezco y lleno de rabia al leer las noticias. Me hieren profundamente la injusticia, el maltrato, los prejuicios, la ignorancia, el odio, el egoísmo y nuestra ceguera pero, en los últimos días, las heridas han sanado, poco a poco, gracias al agua del mar. Esos dolores siempre han pesado, pero hoy me siento más liviana, plena e ingenuamente esperanzada. Sin más equipaje que un par de sueños en cada bolsillo, me levanté después de haber caído debilitada por lágrimas de añoranza, nostalgia, frustración y tristeza, y logré flotar en un aire i...

¿Y si aprendemos a amarnos?

¿En qué momento nos convertimos en fieles aduladores del dinero que dejaron de creer en el amor? No soy defensora del amor romántico (aunque fantaseé con algunas aspiraciones de dulce felicidad rosada), pero defiendo el amor como causa y como la vía más viable para lograr una existencia apacible en donde reine la tolerancia. La empatía es el primer paso para reconstruir este mundo que se nos hunde, cada día, un poco más. Pero, ¿cómo sentir empatía por alguien sino somos capaces de amar lo intangible? Me horroriza la gente que le profesa amor y fidelidad a una marca pero es incapaz de sentir compasión por los pueblos que sufren los estragos de la guerra, las minorías que son aplastadas y relegadas sin consideración alguna, por ese ex compañero de clase que vive en una perpetua esclavitud moderna o por esa vecina que siempre busca sacar plática porque en su casa nadie la escucha. No se trata de filosofar acerca de qué es el amor. Se trata de practicarlo como una lógica humana,...

Yupica Gaiano: tejiendo el ideal de una artvillage

                Imagina un colectivo de arte contemporáneo en el que se reúnen carpinteros, relojeros, ebanistas, torneros, científicos y artesanos textiles, en donde ningún quehacer es menos importante que otro, pues es la suma de los esfuerzos y los conocimientos individuales lo que posibilita la convivencia y la creación de una obra de arte en común. Esta es la forma en la que trabaja el colectivo Chameshiji, un proyecto en donde convergen conocimientos y habilidades de diversas disciplinas y oficios. Instalación de Chameshiji. Foto: Yupica Gaiano                 En sus obras utilizan materia orgánica y herramientas digitales como materia prima, por lo que no te sorprenda encontrarte unas gomitas azucaradas, fideos y  granos de arroz pegados con resina sobre algunas de las piezas. Esta técnica la aplican en Especiero , u...