Amor,
Sé que soy absolutamente imperfecta. Sé que mis impulsos desmedidos me hacen iracunda, colérica y explosiva. Puedo pasar de la absoluta quietud a un desenfreno desmedido en cuestión de segundos. Estoy consciente de que mi actitud dispersa me hace caer en múltiples descuidos.
Cada que encuentro oportunidad, me burlo de los errores de los demás y de toda incongruencia con la que me tope. Soy, además, vulnerable a todo tipo de insinuaciones, por más sutiles que parezcan. También suelo tomarme las cosas muy a pecho, por lo que, seguramente me sentiré “de más” por cualquier comentario que perciba como agresivo. El contexto que me permea influye en mí de tal manera que termino mimetizando. Absorbo la vibra que me rodea cual esponja, por lo que mi estado anímico termina por ser sumamente volátil.
Vivo permanentemente confundida, husmeando aquí y allá, cuestionando todo, quejándome de todo, percibiendo todo. Mi ser es fundamental y asquerosamente existencialista. Hasta la náusea. Otras veces soy emo. No hay nada que me inspire más que la amargura, la tristeza y la melancolía. Me enardece la desigualdad, la injusticia, el despotismo, el desinterés y la incongruencia.
En esencia soy muy tímida. Introvertida hasta el tuétano, pero mis intereses me han obligado a tener que interactuar con el resto del mundo y esta obligación ha terminado por gustarme. En mi desparpajado camino, he buscado llenar mis vacíos en toda clase de pasatiempos, y en ello he encontrado algunas cosas que me han maravillado. Soy muy vulnerable a todo tipo de adicciones y creencias.
Las religiones me enamoran por la complejidad de sus mitos y la ferviente credulidad de sus adeptos. Básicamente, soy boba y perpetuamente puberta. Mi descontrol emocional se debe a mi eterno temor a crecer, a permanecer, a estancarme. Tengo un miedo infinito a la monotonía, rutina que es impensable contigo.
Soy todo este puñado de defectos que tú ya conoces. Soy este ente imperfecto al que decidiste mostrar lo peor y lo mejor de ti. Con quien has caminado todo este tiempo.
Sé que quizá tengo una manera terrible de demostrar mi amor. Sé también que muchas veces no es fácil lidiar con mi carácter volátil. Estoy consciente de que te he hastiado de tal forma que he provocado en ti sentimientos de ira y tristeza pero debes creer cuando te digo que no he deseado nada más que lo opuesto.
Desde el primer día a tu lado sentí ese descomunal enamoramiento que pregona la literatura, la música, el cine. Desde el primer día en que decidí emprender este camino a tu lado, supe que había encontrado esa experiencia etérea que aleja mi realidad de lo mundano para elevarla y convertirla en aquélla experiencia efímera y exquisita llamada felicidad.
Te he regalado mi mejor sonrisa, la más sincera. He llorado de felicidad a tu lado, irradiando libertad en cada poro, respirando nuestras esencias alocadas, esencias que se han atrevido a las locuras más insanas, y a las más pueriles también. Hemos descubierto nuevos caminos. Hemos tejido sueños, bordando irrealidades divinas, puras.
Sé que me he equivocado, pero también sé que he dado lo mejor de mí. Quizá también lo peor. Todo de mí. Cada acción, cada palabra, cada pensamiento ha sido pleno. He sido yo, siempre. De eso no tengas duda.
Y soy yo lo que te ofrezco. Te ofrezco este puñado de errores, de imperfecciones, de discrepancias y discusiones. Pero también te ofrezco este puñado de entrega, de pasión, de ternura, de asilo, y de entendimiento. La parte de mí que es escucha, que observa, que huele, que siente, que se emociona, que promete y que sueña. Y sueño mi camino a tu lado, volando. Dándole la vuelta al mundo.
No mentiré diciéndote que todo estará bien porque sé que tendremos problemas, y que muchas veces no estaremos de acuerdo con el otro. No te diré que no volveré a equivocarme porque seguramente lo haré, pero si te prometo que me esforzaré en ser una mejor persona, una mujer plena y feliz que pueda compartir su alegría contigo y que esté cuando necesites de alguien.
Tampoco prometo una historia romántica de amor rosado y acartonado, irreal. Pero sí te ofrezco mi disposición y mis ganas para que juntos construyamos una bella historia que valga la pena contar.
Es este el amor imperfecto que tengo y el que te ofrezco. Aún así, sé que aprenderemos a hacerlo mejor. No sobra decir que TE AMO.
No mentiré diciéndote que todo estará bien porque sé que tendremos problemas, y que muchas veces no estaremos de acuerdo con el otro. No te diré que no volveré a equivocarme porque seguramente lo haré, pero si te prometo que me esforzaré en ser una mejor persona, una mujer plena y feliz que pueda compartir su alegría contigo y que esté cuando necesites de alguien.
Tampoco prometo una historia romántica de amor rosado y acartonado, irreal. Pero sí te ofrezco mi disposición y mis ganas para que juntos construyamos una bella historia que valga la pena contar.
Es este el amor imperfecto que tengo y el que te ofrezco. Aún así, sé que aprenderemos a hacerlo mejor. No sobra decir que TE AMO.
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